Me puedo considerar una PSI improvisada, crecida de manera espontánea. Acepté mi primer encargo de búsqueda simplemente porque una pareja rusa deseando mudarse a Barcelona pidió que los acompañara en el proceso tan emocionante como es la compra de su primer piso en un país extranjero. Poco a poco resulté enganchada, mi marido se sumó a la actividad y juntos empezamos a acompañar a los compradores extranjeros ya de manera profesional.

Comparándonos con agentes inmobiliarios especializados en la clientela rusa, a menudo nos sentíamos ovejas negras por guiarnos por principios muy distintos a los comúnmente aceptados en el sector. Todo se aclaró cuando leí un artículo explicando la profesión de Personal Shopper Inmobiliario. Se nombraban las características principales de este tipo de profesional y fue un descubrimiento muy motivador para nosotros que eran exactamente los principios que nosotros habíamos formulado basándonos en nuestra práctica, en errores cometidos, en los servicios solicitados por los clientes y en los componentes que a nosotros mismos nos ayudaban a disfrutar del resultado conseguido.

En aquel momento conocí la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI), estudié los materiales aportados por ellos y me apunté a un webinar gratuito ofrecido por AEPSI. Pronto me invitaron a otro, y a otro más. Acabé recibiendo tanta formación gratuita y de calidad muy por encima de lo que podía esperar, que pensé que se habían equivocado y me estaban prestando los servicios destinados a los asociados. Eso fue el motivo por el que decidí asociarme a pesar de encontrarnos en plena crisis. Tomé la difícil decisión de abonar la cuota anual pensando que ya he recibido la mayor parte del apoyo a los asociados. ¡Nada más lejos de la realidad!

No puedo entrar ahora en detalles, pero al ser aceptada en AEPSI fui rodeada inmediatamente por un apoyo muy cariñoso, muy profesional y completo. Tengo acceso a una base de conocimientos muy amplia, me mantengo informada de todas las noticias del sector inmobiliario, disfruto de webinars y consultas jurídicas, comerciales y psicológicas de altísima calidad y encima me siento parte de una familia.

En esta época tan difícil cuesta mantener la actitud positiva, pero AEPSI hace que no me siento aislada y me convence completamente de que juntos somos muy fuertes.